Vivir desde la coherencia significa actuar en sintonía con lo que uno piensa y siente.
Han de estar alineados los pensamientos y las emociones, con las acciones. De esta manera todo fluye, no hay fricciones.
Estoy convencida de que la satisfacción y el éxito en la vida viene de la mano de vivir en coherencia.
Cuando uno actúa guiado internamente por lo que piensa y siente, el universo confabula a tu favor y genera un sinfín de opciones afines y óptimas. Al paso salen situaciones que son sincronías cargadas de posibilidades y si uno sigue actuando en coherencia esas situaciones traen otras igualmente posibilitadoras.
Pero para poder fluir, primero tenemos que estar en sintonía. Y para poder estar en sintonía, tenemos que comportarnos y actuar con coherencia interna.
La coherencia interna es que nuestros pensamientos, emociones, palabras y acciones vayan en la misma dirección. Y para poder hacer esto, lo que hay que hacer es conocerse, escucharse y aceptarse de corazón.
Vivir y actuar en coherencia son la clave para tener salud y bienestar físico y emocional. Y dado que el ser humano es el único ser vivo dotado de la capacidad de engañarse a sí mismo, es fundamental meter consciencia y coherencia en todos nuestros actos.
Cuando la incongruencia aparece (sentimos una cosa, pensamos otra y hacemos lo contrario) nos desconectamos de nuestro Ser y nos fragmentamos en mil pedazos. Y esto es la puerta de entrada del malestar, la pérdida de la serenidad y llevado al extremo, las enfermedades.
Te invito a que te preguntes ¿Cuán coherente estás siendo en tu vida?
Si tu respuesta es “no lo suficiente” sería muy beneficioso que hicieras un trabajo de desarrollo personal para que vayas conquistando tu propia coherencia interna y actúes solo guiado por ella. Y desde ahí, ¡Todo será fluir!