Ya nos lo dijo Mihály Csíkszentmihályi,

el estado de flujo o fluidez (también llamado flow) es un estado subjetivo que experimentamos cuando estamos completamente involucrados en algo hasta el extremo de olvidarnos del tiempo, el cansancio y de todo lo demás, excepto la actividad en sí misma.

Es cuando nos conectamos tanto, que permanecemos absortos en esa actividad, disfrutando y experimentando una enorme satisfacción.

Fluimos cuando:

Muchas veces ese fluir viene a través de la mera observación de la naturaleza.

Ver como las olas vienen y van, escuchar su rumor, sentir la humedad… y te abstraes hasta tal punto de que te olvidas de quién eres… sólo eres mar.

O cuando observas a un pájaro volar… llegas a conectarte con ese animal y te abstraes de tu propia mente y presencia.

Hay actividades mucho más mundanas que nos hacen fluir y de las que seguro que no somos conscientes… por ejemplo, conducir; observar a los niños jugar; los trabajos manuales (pintar, bordar, hacer cerámica…)

O cuando estamos trabajando en algo que se nos da bien y lo tenemos tan interiorizado que nos sale en automático. Y estamos totalmente conectados.

Al fluir hacemos una limpieza profunda interior. Supone poner el contador a cero para poder empezar de nuevo con una energía renovada.

Cada uno de nosotros deberíamos identificar esas actividades, estados o situaciones en las que fluimos. Para utilizarlos como herramienta de reseteo y regeneración. Sobre todo, de cara a este arranque de “curso” que puede estar resultando duro y difícil.

¿Compartes conmigo en qué actividades o momentos fluyes? ¿Cuáles son tus actividades flow?